martes, 22 de enero de 2008


UN VIAJE PARA TOCAR EL TECHO DEL MUNDO

Nepal es un país por el que siento una especial atrAcción. Serán sus gentes, su hospitalidad, su naturaleza salvaje o sus gigantescas montañas ???...En la cordillera del Himalaya, que quiere decir " Morada de la Nieves" y en la parte nepalí, se encuentran 8 de los 14 picos más altos del mundo de más de 8000 metros, y entre ellos la madre de todas las montañas : el Everest, que con sus 8846 mts, es el sueño de muchos amantes del alpinismo para conquistarlo.Quedamos otros, que no podemos escalar ni un risco, pero la montaña nos atrae, y sin ninguna preparación física especial y tomando las precauciones pertinentes es posible llegar caminando hasta los 5600 mts o más y tener la suerte, si el tiempo no lo impide de contemplar tan majestuoso espectáculo que el Himalaya nos proporciona. De esta manera me compro un billete aéreo para volar a Kathmandú, una vez más. Octubre del 95 será testigo del cumplimiento de mi sueño. Sin querer emular a Sir Edmund Hillary, que a las 11,30 hrs de la mañana del 29 de Mayo de 1953 encumbró la montaña más alta del mundo, sigo sus pasos y hasta donde llegue...Kathmandú se mantiene inamobible. Los mismos ruidos, la misma polución y las mismas sonrisas de la gente. Paso unos días preparando el viaje: Permisos y últimas compras. Mañana tempranito empieza la aventura

1er Y 2º día KATHMANDU - JIRI (1860 MTS )

Sobre las 5,30 horas de la mañana, viene Shiva, el porteador , a recogerme al hotel, para que en un destartalado rickshaw nos dirijamos a una de las estaciones de autobuses de Kathmandú. Es una estación extremadamente ruidosa, desorganizada y con cientos de personas que deambulan sin aparente rumbo.El autobús es pequeño, incómodo y atestado de gente, tanto en el interior como en el techo. Va a ser uno de los viajes más pesados de mi vida. Serán 12 horas interminables para solo hacer 190 Kms !!!!. Las múltiples paradas, la estrechez de una sinuosa y polvorienta carretera convierten a este viaje en inolvidable e irrepetible, para llegar a Jiri, un poblado sin interés y que ha tenido un rápido desarrollo, a partir de la construcción de la carretera. Dormir en Jiri ha sido imposible. Continuamante llegaban y salían autobuses de diferentes localidades de Nepal, y como no ... los claxons no dejaban de sonar. Toda la noche entre bocinazos..
2º día JIRI - DAURALI
Hoy comienza la aventura y la resistencia física será la que me permita cumplir el sueño que siempre tuve.Desayuno opiparamente y ha amanecido con nubes y claros, pero a comenzamos a caminar, el día a medida que ascendemos a los 2700 metros la niebla se va apoderando de nosotros. Subimos y bajamos montañas y el tiempo no parece que mejore. Comienza a llover intensamente. Los caminos están resbaladizos. Los últimos 20 minutos de camino han sido apoteósicos. Caía agua a mares. Un paraguas me va a proteger de morir ahogado. Finalmente llegamos a un lodge regentado por una familia sherpa, la ducha, en la que por cierto también llovía me llena el cuerpo de energía que relleno con una exquisita cena: Sopa de champiñones, un chapati con ajo, un pan tibetano y patatas con queso de yak. ... Fuera continua lloviendo, y a pesar de que son solo las 6 de la tarde, me voy a dormir. El tintineo del agua hará que caiga en los brazos de Morfeo en breves momentos.

3er día DAURALI -SETE

He dormido como los ángeles. Son las 6 de la mañana cuando me levanto . Desayunamos y comenzamos a caminar. El día va a ser extraordinario. Ha amanecido claro. Ninguna nube. Hemos estado descendiendo más de 2 horas para comenzar un duro ascenso, hasta llegar a Kenja, un pueblo que hierve de vida, pues hoy es el día del mercado. Entablo conversación con un grupo de australianos y juntos continuamos el camino. Ascensos y descensos. Diferentes tonalidades de verde nos acompañan durante todo el camino. Sete como final de la jornada se hace desear. Tras ocho horas de una dura caminata llegamos a lugar previsto. Un cubo de agua fría y una jarra me van a servir para darme un refrescante lavado.Los últimos rayos de sol están empezando a desaparecer entre unas amenazantes nubes negras, que no van a tardar en empezar a soltar agua. Así es...Un agua de limón caliente con sal y azúcar para recuperar las sales minerales perdidas por el sudor, más una deseada cena, me harán que descanse como uno se merece. Nuevamente el sonido de la lluvia. sobre los tejados, me permiten dormirme inmediatamante.

4º día SETE - JUMBESI ( 2675 mts )



La niebla cubría todo el valle al amanecer, pero poco a poco el cielo se va aclarando hasta llegar a ver un gigantesco Arco Iris sobre un inmenso valle.Una sopa de noodles y un pan tibetano con mermelada me dan las fuerzas suficientes para iniciar la marcha en este nuevo día. Tendremos que ascender durante unas 5 horas hasta llegar a los 3.500 mts ( Lamjuna ). Caminamos entre un bosque de rododendreos, que me pone la piel de gallina. Es un bosque fantasmal y la niebla se encarga de darle más misterio. Un bosque que siempre me recordará a los del Señor de los Anillos. La humedad se mete por lo huesos . Continuamos ascendiendo hasta el paso de Lamjuna, donde comienza un vertiginoso descenso, y una intensa lluvia que hace correr el agua por los caminos y donde hay que poner atención para no resbalar. Estamos en una zona de yaks, a decir por los excrementos que hay que ir sorteando.La lluvia deja de caer y el valle comienza a aclararse. Al fondo se divisa un pequeño pueblo repleto de banderas de oración, esas banderas que los budistas culpan al viento, para que sus plegarias sean transportadas al infinito.Los monzones están dando sus últimos coletazos. Es agradable caminar bajo la lluvia, pero esta circunstancia impide contemplar los valles y montañas en toda su extensión. [Photo]Ya llegamos a Jumbesi, un bonito pueblo sherpa, donde inmediatamente me ducho y repongo energías con una maravillosa sopa de ajo. En la cocina charlo con la simpática familia que regenta el lodge y les propongo enseñarle a hacer una tortilla de patata. Acceden gustosamente. Con alguna que otra dificultad, ya que la sartén es descomunal, consigo hacerla. La prueban. Les gusta y desde ese momento va a ser incluida en el menú de su pequeño restaurante. Una vez más y como a lo largo de los últimos días, la lluvia como música de fondo me ayuda a dormir plácidamente

5º día JUMBESI – NUNTHALA ( 2.620 mts )

Los primeros rayos de sol de la mañana pasan por la desvencijada ventana y me despiertan. Hay que continuar el camino. Desayuno una tortilla española, estilo serpa, una tostada con mermelada y un extraordinario té, … y comienza una nueva jornada. Ha amanecido un día radiante y por primera vez he podido ver una pequeña parte de un gigantesco pico, en la lontananza. La primera hora es de continuado pero leve ascenso hasta llegar a un collado donde corre un ligero viento. Hay una fábrica de queso de yak. Compro unos 300grs, que junto con un par de manzanas me servirán para llenarme de fuerzas y poder continuar la jornada que estará llena de subidas y bajadas.Llegamos hasta el paso de Trsakhindo ( 3.071 mts), una pequeña planicie, donde el hombre a aprovechado esta circunstancia para construir casas. En el centro hay una stupa budista y banderas de oración, que junto con la niebla convierten al lugar en misterioso a la vez que místico. Desde el momento en que comenzamos a descender, se dejan oír unas trompetas tibetanas y golpes de platillos. Nos dirigimos hacía el monasterio que da nombre al pueblo, con la intención de averiguar el motivo de estos peculiares sonidos. Es un cortejo fúnebre. Entre seis hombres portan un cadáver en parihuelas. Dan una vuelta al monasterio, para continuar monte arriba, donde será incinerado según el rito budista.Sobre las 4 de la tarde llegamos a Nuntala, un pueblo serpa situado en la ladera de una montaña, que parece haber nacido a partir del boom del senderismo y las grandes expediciones.

6º día NUNTHALA – KHARIKHOLA ( 2.070 Mts )

Ha amanecido un día soleado y con previsiones de continuar así. En el lejano horizonte, por momento se dejan ver unos gigantescos picos. Las nubes que les cubren desaparecen y se deja ver, en toda su magnitud una enorme cadena de montañas. Las buenas películas suelen tener también una buena banda sonora, y he decidido poner música a este maravilloso paisaje escuchando a Albinoni, Heandel, Vivaldi, etc… El tiempo vuela y mis pies no parecen posarse en el suelo. Decenas de mariposas, de un azul brillante y deslumbrante, revolotean insistentemente como si también estuvieran escuchando la Primavera de Vivaldi.Con todo este decorado, descendemos el valle hasta un ancho y caudaloso río. Pasar por el puente colgante, hace que se me corte la respiración. Tres horas más tarde llegamos a Kharikhola. A pesar de que solo sean las 3 de la tarde, y decido no continuar caminando, y quedarme a descansar. Comer, leer y tomar el sol me ayudarán en el reposo. La noche no tarda en llegar y el frío se hace notar, pero en el comedor hay una maravillosa estufa que caldea el ambiente.

7º día KARIKHOLA – SURKHE ( 2.203 mts )


Parece que el monzón a decidido trasladarse a otro país y no volver hasta el próximo año. Es de agradecer para así disfrutar del Himalaya.Hoy ha sido un día de mucha tranquilidad, pero duro en cuanto a todas las subidas y bajadas. Es un día caluroso, poca gente por los caminos y únicamente un gran rebaño de ovejas se interpondrá en el camino, que me obligará a detenerme para que no se asusten y no se despeñen. Finalmente llego a Surkhe, un pueblo encajonado en un profundo valle y muy cerca del aeródromo de Luckla.El silencio lo rompe algún que otro helicóptero, que bien llega a traer caminantes o montañeros o para llevarles de vuelta a Kathmandú.En el lodge donde me alojo no duerme nadie más que yo. El silencio se escucha y se rompe con las aguas turbulentas de un impresionante río en las proximidades

8º día SURKHE – PHAKDING ( 2.650 mts ) 3.30hrs


Cuando me despierto, el sol no ha podido iluminar ninguna montaña, y muy de mañana inicio una jornada que ha de ser corta. Hay que reponer fuerzas , para los próximos días que serán duros. Camino relajadamente, deteniéndome en riscos para descansar y contemplar estos paisajes que se me hacen gigantescos. En un lodge me tomo un té con galletas. Me doy la vuelta y veo una impresionante mole de montañas de más de 7000 mts. Casi se me corta la respiración. Ha sido la sorpresa de la mañana y se que no es nada comparado con lo que me espera. Continúo caminando, pasando por unos tranquilos y bellos pueblos, hasta por fin llegar a Phadking. Me alojo en el Namasté Hotel. He sido el primero en llegar, con lo que apresuradamente me ducho y salgo a la terraza a tomar el sol y a leer. Una San Miguel, un plato de palomitas me acompañan. Juan Sebastián Bach pone música a este momento. Son muchas las gentes de caminan : porteadores, filas interminables de yaks cargados hasta reventar, familias que se dirigen a Namche Bazar a su mercado semanal de todos los sábados.

9º y 10º día PHAKDING – NAMCHE ( 3.440 mts ) 5hrs

Las mañanas empiezan a ser frías a medida que los grandes picos se van acercando. Sobre las 6,30 hrs de la mañana, cuando salgo a lavarme los dientes, me llevo una grata sorpresa al contemplar, como el sol, con un color anaranjado empieza a iluminar un pico gigantesco de nieves perpetuas. Por un lado y por otro un maravilloso contraluz de otros grandes picos. Comienzo a caminar y siento frío. El sol no ha podido penetrar en el valle. El paso del tiempo hará que me quede en pantalón corto y camiseta.La altitud comienza a notarse y hay que caminar despacio. A partir de hoy los días se harán más duros.Namche Bazar es la población más importante de toda la región del Solu Kumbhu . Es un centro de comercio entre Tibet y Nepal. Sus habitantes aún se dedican al comercio de la sal y de las patatas, que han de transportar con los yaks. Pero la gran mayoría ha empezado a vivir del turismo. Un trabajo más fácil y más rentable. Aquí se puede encontrar absolutamente de todo : panadería, lavandería, oficina de correos, etc... y un banco que me recuerda a los del antiguo Oeste. El sistema se seguridad es simplemente: un añejado vigilante con un trabuco de 2 cañones..La tarde se está poniendo gris. El pueblo se va cubriendo poco a poco. Estoy en lo más alto de Namche y en solo unos segundos la niebla se ha apoderado del pueblo. Fuera hace frío. En el interior de lodge donde me encuentro se está muy calentito. La estufa de leña y los tés de jazmín hacen ver a la niebla con un punto de vista romántico.Debo quedarme un día más para aclimatarme. No en vano estoy a 3500 mts y la falta de oxígeno comienza a notarse.Muy de mañana salgo con la intención de dar un pequeño paseo, subir más allá de los 3.800 mts y sin rumbo fijo.A medida que asciendo, Namche se empequeñece hasta desparecer por completo. El ruido de un helicóptero altera el silencio de este lugar. Es el aeropuerto de Syangboche. Continúo ascendiendo y a lo lejos veo una construcción de madera. Allí me encamino. Es un lodge donde pido un té. Al salir fuera cual es mi sorpresa al ver una alucinante cadena de montañas. En medio de todos ellos está el Everest. La guapa mujer que regenta el lodge me saca un telescopio y de esta forma tendré la suerte de “tocar “ las cimas de las montañas más altas del mundo. El viento vuela y el frío se me mete por los huesos. He estado alucinado contemplando este maravilloso espectáculo y no me he dado cuenta que el frío es el aliado más fiel de estas montañas. Debo regresar a Namche y recuperarme .

11º día NAMCHE – THYANBOCHE ( 3780 mts ) 04,30 hrs



La luna llena no me ha dejado dormir pero me ha permitido ver, bañadas de plata todas las nubes que rodean Namche. Con esta sensación y después de un opíparo desayuno, nos dirigimos hacia Thyanboche, la próxima etapa. Ha amanecido nublado con lo que la marcha va a resultar más agradable. Hay que caminar lentamente. Hoy nos acercamos casi a los 4000 mts.Sobre el mediodía llegamos a este emblemático lugar, camino del Everest. De repente aparece una imagen impresionante, como si fuera una gran pantalla de cine. Nubes por todas partes, menos por el centro, donde majestuosos, surgen el Everest ( 8846 mts ) y el Nuptse ( 7879 mts ) El famoso Monasterio de Thyanboche es el elemento humano que decora las impresionantes cumbres de Himalaya. Es uno de los lugares preferidos por los mejores fotógrafos paisajistas del mundo. No sobra ningún elemento. El Amadablán ( 6856 mts ) está encima de mí. Está más cerca que todos los demás y me hace sentirme reducido a la mínima expresión.Muchos grupos de trekkking terminan aquí, con el único fin de contemplar este maravilloso espectáculo.Los monjes que aquí viven, juegan en el exterior al volley-ball, con una pelota de tela. Se divierten. Al poco tiempo todos desaparecen para volver con unas pizarras y unos lapiceros de bambú. Es la hora del aprendizaje de la escritura tibetana. Es un grupo numeroso. El más pequeño tiene alrededor de 6 años y el mayor debe rondar los 30.La escritura tibetana es muy difícil de desarrollar y han de pasar muchos años antes de que sean expertos escritores. Les resulta divertido que yo no pueda escribir ni su “a”. Me cuentan que son 50 en total. Se levantan a las 5 de la mañana, toman un té, tienen ceremonias de oración, comida trabajo, como acarrear leña para el invierno y la cocina, escritura, lectura, etc,.. para acostarse a las 9 de la noche. El hecho de haber pasado un día cargado de emociones me hace dormir plácidamente.

12º-13º día THYANBOCHE-PERICHE ( 4200 mts ) 4 hrs



La meta se va acercando pero aún queda lo más duro. He sentido abandonar este mágico lugar, pero he de pasar nuevamente a la vuelta. Comienza el descenso entre rododendros hasta llegar al río. A partir de este punto y hasta llegar al Everest todo serán subidas. Subo lentamente. La vegetación comienza a desaparecer. La decoración ha cambiado como por arte de magia. Los tonos grisáceos de las rocas han sustituido al amplio colorido verde de la naturaleza. El viento sopla con fuerza y trae el frío de las cumbres. Ya diviso en una gran planicie un grupo de casas construidas en piedra. Es una única calle. El humo de las chimeneas y las banderas de oración se orientan en la misma dirección que ordena el viento.Tengo que pasar un día entero de aclimatación.Me acerco a un centro de información sobre el mal de altura, donde me dan una serie de consejos a seguir, para evitar esta mortal enfermedad. Si no se toman las debidas precauciones como beber mucho líquido, más de 5 litros al día, caminar sin prisas, descansar lo que sea necesario y descender inmediatamente nada más que comiencen los primeros síntomas como el dolor de cabeza o la retención continuada de orina. Quisiera no padecer ninguno de estos síntomas.Las últimas horas del día las paso junto a una estufa, que la encargada del lodge, va alimentando con bostas ( boñigas ) de yak, que una vez secadas al sol, producen muchísimo calor cuando se prende fuego. Fuera corre un viento gélido. La tenue luz de un candil me hace soñar despierto.

14º día PERICHE – LOBUCHE ( 4.930 mts ) 5 hrs


El haber pasado un día de aclimatación y descanso me van a ayudar a afrontar los próximos días.Comienzo la jornada muy temprano y sigo a una larga fila de yaks y porteadores. Averiguo que es una expedición para subir el Pumori ( 7145 mts ), pero solo una persona lo intentará: Una montañera griega de 66 años, que le acompaña su marido, quién se quedará en el campamento base mientras ellas lucha contra las adversidades de una montaña de estas características. La altitud comienza a pasar factura. Hay que caminar todo lo despacio que se pueda. Solo me queda un día para conseguir la meta propuesta : Ver el Everest lo más cerca posible.Duermo en Lobuche, en uno de los 3 lodges. Una habitación de dos pisos donde no queda un sitio libre, para que alguien más pueda descansar su cuerpo. Las mesas y los bancos son utilizadas como cama.

15º LOBUCHE – GORA SHEP – KALAPATAR ( 5.600 mts ) 4 hrs

Hoy es el día cumbre. Hoy es cuando ha de llegar el momento culminante.Una mañana fría con unas vistas impresionantes, sirven para comenzar la jornada con ilusión.Sobre las 6,30 de la mañana comienzo a caminar ligero de equipaje ( lo dejo en el lodge que recuperaré a la vuelta ). Atravieso un río helado y a partir de ese momento me introduzco en un inmenso valle. La luna me viene a la mente. Es un paisaje lunar, sin lugar a dudas. Las rocas van del color blanco al negro azabache. Se me pone la piel de gallina, al poder escuchar el silencio, que en algún momento rompe una despistada banda de pájaros.



Camino solo. No vuelvo la vista atrás, siento una extraña atracción hacia delante. Puedo comprobar lo insignificante que es el ser humano entre tanta inmensidad. Son momentos que nunca podré olvidar mientras viva.Tras dos horas de camino llego a la primera etapa y última etapa de la jornada: Gora Shep, que debe ser el asentamiento humano más alto del mundo ( 5200 mts) Hay exactamente 3 casas. Es un lujo poder tomarse un té a estas alturas. Comentan que es el lugar , en el que la Coca Cola, es la más cara de Nepal ( unos 2 € ), que tampoco es mucho, teniendo en cuenta que los porteadores deben cargarlas a sus espaldas y caminar días y días.Estoy muy cerca del Campamento Base del Everest, pero decido subir a KalaPatar, que quiere decir piedra negra, por su color. Arriba son las mejores vistas.


Desde Gora Shep se ve KalaPatar, aparentemente fácil. Son las 9 de la mañana y hay un sol radiante. La primera parte de la ascensión es dura por dos razones : es empinada y hay que añadir la falta de oxígeno a esas alturas. Cuento los pasos por minuto y me salen exactamente 49. Cada 10 minutos debo hacer un descanso. Según mis cálculos tardo 45 minutos en ascender 100 mts. Cada paso me supone un esfuerzo sobrehumano. Cada paso que doy me parece perder un kilo. Tengo que decir que han sido los momentos más duros que he pasado en mi vida, pero tanto esfuerzo se ve recompensado cuando llego a la cumbre del KalaPatar ( 5600 mts ) al ver realizado uno de los sueños de mi vida. Me siento en una roca y el espectáculo que contemplo es sencillamente alucinante. En un collado helado diviso 2 tiendas de campaña. Serán montañeros que en los próximos días harán cumbre. Todos los picos de que me rodean : Everest, Nuptse, Lhotse, Pumori son capaces de absorberme .A veces se sienten estruendos. Los glaciares se rompen.Pasada media hora, decido poner música a este espectáculo. Algo que ya tenía previsto desde España y son los cinco primeros minutos de la Opera Carmina Burana. Hacen que todo mi cuerpo se eleve y que no sienta el viento gélido que comienza a soplar. Me hacen la foto de rigor, pero hay que despertar del sueño y volver a la realidad.

Hay que bajar!, y es a partir de este momento cuando comienza el calvario. La cabeza comienza a explotarme poco a poco. El mal de altura empieza a hacer estragos. Creo que puedo controlarlo pero me siento mal y solo...Cuando llego al Lodge de GoraShep, un par de españoles ( Luis y Javier ), me invitan a sentarme. La cabeza me explota y no quiero que nadie me hable. Tengo la boca seca. Estoy deshidratado. Melanie, una guapa canadiense me da una medicina para acelerar la aclimatación y me meto en el saco. La cabeza me sigue doliendo y tengo escalofríos intermitentes.

El tiempo pasa y finalmente me duermo. Entre sueños siento que de repente el dolor de cabeza termina como por arte de magia. Me levanto y sonrío a la gente que previamente me había resultado imposible de mantener una sencilla conversación. El ruido de las palabras me hacía daño.Ceno, me acuesto, me levanto, me acuesto me vuelvo a levantar para tomarme un té calentito y así sucesivamente.Sobre las 2,30 hrs de la madrugada, siento movimiento en la habitación. Hay gente que va a empezar a subirse el Khala Patar. Es una afamada fotógrafa japonesa, que quiere fotografiar el amanecer.



Me levanto... salgo fuera y el espectáculo es alucinante. La media luna está en el zenit e ilumina con luz plateada todas las grandes montañas que me rodean. Se me corta la respiración y siento algo de miedo. Es una sensación difícil de describir. Definitivamente me meto en mi acogedor saco de plumas y me duermo y así hasta el momento del amanecer.Pasaré tres horas viendo amanecer y contemplando como cambian los colores del plateado de la luna, pasando por el anaranjado hasta llegar al brillante insoportable, cuando el sol ya empieza a comportarse como tal ardiente estrella que es.He conseguido lo que deseaba y solo queda la vuelta. He de pasar por el desolado Lobuche, el ventoso Periche y el maravilloso paraje donde está el Monasterio de Thyangboche para saludar a los simpáticos monjes. En Namche me recupero de todo y recojo parte del equipaje que había dejado. En pocos días llego a Luckla, un pequeño pueblo que ha renacido después de la construcción de una espectacular pista de aterrizaje ( esta inclinada y al final de la misma un impresionante cortado ) que lleva y trae a montañeros de todo el mundo.Coincide la vuelta con el día de mi cumpleaños. No hay mejor regalo que sobrevolar los Himalayas. Un ruidoso helicóptero ruso nos transportará de vuelta a Katmandú.Ahí se quedan ellas que al menos sé que me sobrevivirán. Días más tarde en Katmandú un eclipse de sol, puso la guinda a tan maravilloso viaje